Robo en el hogar: Cómo actuar y qué cubre tu seguro
La temporada estival suele venir acompañada de un repunte en los robos a domicilios. Entre junio y agosto, las estadísticas reflejan un aumento cercano al 5% en estos delitos. Si te encuentras en esta situación, es normal preguntarse: ¿qué cubre realmente mi seguro de hogar? Desde Finques Campanyà te explicamos todo lo que necesitas saber.
Al revisar tu póliza, es fundamental distinguir entre estos dos conceptos:
- Robo: implica violencia o fuerza para entrar en la vivienda, o intimidación hacia quienes están dentro. Forzar una puerta o romper una ventana entra dentro de esta categoría.
- Hurto: consiste en la sustracción de bienes sin violencia ni signos de fuerza, como cuando dejamos la puerta abierta y alguien toma objetos.
La diferencia es clave: los seguros suelen indemnizar mucho mejor los robos que los hurtos, y algunas pólizas ni siquiera cubren estos últimos.
¿Y qué cubre el seguro?
En caso de robo, las pólizas habitualmente protegen:
- El contenido sustraído.
- Los daños ocasionados durante la intrusión, como puertas, cerraduras o cristales rotos.
Sin embargo, ciertos objetos de valor —joyas, dinero en efectivo, equipos electrónicos o instrumentos profesionales— pueden necesitar una declaración específica y documentación que pruebe su valor. Recuerda que los nuevos bienes deben declararse en la póliza para garantizar su cobertura.
Algunas aseguradoras también incluyen protección fuera del hogar, siempre que la sustracción ocurra mediante intimidación o violencia. Bolsos, móviles, relojes y ordenadores podrían estar cubiertos, dependiendo de tu póliza.
Consejos para asegurar tu hogar
- Mantén los sistemas de alarma activos si la póliza lo requiere.
- Guarda los objetos de valor en cajas fuertes.
- Revisa los límites de cobertura y considera ampliarlos si es necesario.
- Complementa tu seguro con cerraduras reforzadas, cámaras o alarmas; muchas aseguradoras ofrecen descuentos por estas medidas.
Precio y tranquilidad
El coste de un seguro antirrobo varía según la ubicación de la vivienda y la cobertura contratada, y puede ir desde 100 hasta 300 euros anuales. Una inversión que, además de proteger tus bienes, aporta tranquilidad y seguridad a tu hogar.