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¿Es obligatorio el permiso de la comunidad para cerramientos móviles?

Hoy en día es muy común ver terrazas cerradas en muchos edificios españoles, y no siempre la instalación de estos cerramientos transcurre sin problemas. Los balcones y terrazas suelen ser puntos de fricción entre vecinos, sobre todo cuando se instalan cerramientos sin seguir los pasos legales. Muchos propietarios piensan que los sistemas móviles o desmontables no requieren autorización, pero la realidad es distinta.

La Ley de Propiedad Horizontal establece que cualquier modificación que altere la fachada de un edificio necesita el visto bueno de la comunidad de vecinos. Normalmente, se exige el voto favorable de tres quintas partes de los propietarios. Además, quienes no participen en la junta tienen un plazo de 30 días para presentar su oposición. En determinados casos, también será necesario tramitar la licencia correspondiente en el ayuntamiento.

Antes de llevar la propuesta a la comunidad, es recomendable revisar los estatutos del edificio. Algunas comunidades aceptan cerramientos o vallas móviles si se cumplen ciertas normas; otras requieren autorización incluso para soluciones temporales. Aunque no se realicen obras, los sistemas móviles suelen alterar la apariencia del edificio, por lo que lo más recomendable siempre es contar con el visto bueno de los vecinos. En cuanto a la licencia municipal, si la instalación no modifica la estructura —como pérgolas o cortinas de cristal desmontables—, en muchos casos no es necesaria. Existen sentencias que avalan estos cerramientos móviles siempre que no afecten la seguridad ni la apariencia del edificio.

Para aumentar las posibilidades de que la comunidad apruebe el proyecto, conviene elegir un diseño discreto que respete la estética del inmueble y presentar un proyecto claro ante el ayuntamiento. Los pasos básicos incluyen: conseguir la aprobación de la comunidad, tramitar la licencia municipal y ejecutar la instalación siguiendo la normativa. Si no se siguen los pasos legales, se pueden recibir sanciones o incluso tener que desmontar el cerramiento, aunque los sistemas móviles suelen ser más fáciles de retirar.

El coste de los cerramientos es muy variable: hay opciones económicas por unos pocos cientos de euros y soluciones de alta gama que superan los 4.000 euros. Planificar con antelación y respetar la normativa es la mejor manera de evitar problemas y disfrutar de la terraza con tranquilidad.

Con la orientación adecuada, como la que ofrece Finques Campanyà, es posible tomar decisiones seguras y mantener la armonía en la comunidad de vecinos.