
Aval por impago de alquiler: Seguridad para propietarios e inquilinos
Con el objetivo de reforzar la estabilidad en el mercado del alquiler, el Gobierno ha aprobado, mediante el decreto ‘ómnibus’, una nueva línea de avales estatales frente al impago del alquiler. Esta medida se suma a otras formas de garantía, como el aval personal o bancario, que buscan proteger tanto a propietarios como a inquilinos. En Finques Campanyà te explicamos cómo funcionan estas opciones.
Aval estatal por impago de alquiler
El aval estatal está diseñado para viviendas ubicadas en zonas tensionadas y con un precio de renta ajustado al índice oficial. Este respaldo se aplicará si el inquilino es menor de 35 años o se encuentra en situación de vulnerabilidad. Además, deberá haberse depositado la fianza legal y firmado un compromiso específico entre las partes.
Este aval garantiza el cobro de rentas impagadas, daños en el inmueble, y otros costes relacionados, hasta que el propietario recupere la posesión. La solicitud del aval podrá realizarse en un plazo de seis meses desde esa recuperación, siempre que exista resolución o acuerdo que lo acredite. Su gestión corresponderá a las comunidades autónomas, con financiación estatal.
Aval personal en el contrato
El aval personal supone que un tercero se compromete a responder económicamente si el arrendatario no cumple con sus obligaciones de pago. Este debe identificarse claramente en el contrato, detallando el alcance de su compromiso. El avalista puede ser reclamado incluso tras finalizar el contrato, si hay deudas pendientes, por lo que debe conocer bien las implicaciones legales de su compromiso.
Aval bancario: garantía tradicional
Este tipo de aval lo ofrece una entidad financiera, que responderá en caso de impago. El banco exigirá documentos económicos al inquilino y suele requerir el depósito del importe avalado. Aunque ofrece solidez, su rigidez y costes han hecho que muchos propietarios opten por seguros de impago como alternativa más ágil y flexible.
Con estas herramientas, arrendadores e inquilinos pueden establecer relaciones más seguras y transparentes, fortaleciendo así la confianza en el mercado del alquiler.